lunes, 21 de marzo de 2011

DIA INTERNACIONAL DE LA POESIA

Sí tuviera que elegir una poesía, no sé con cuál me quedaría. Me gustan todas. He leído tantos autores : españoles como Luis Cernuda, Antonio Machado ó Vicente Aleixandre; iberoamericanos como Mario Bennedetti, Pablo Neruda, Alfonsina Storni ó el Nobel Octavio Paz; norteamericanos como Walt Withman; en galego, euskara, francés, catalán ... en cualquier formato, ante el placer de una obra literaria no hay nada mejor en el mundo. Llena todos los espacios, abre horizontes infinitos, ... con Benedetti descubrí una forma de la poesía japonesa que llaman "haikus", que ya los estudió el inefable Octavio Paz en su obra sobre Matsuo Bashoo. Os dejo éste :

"la poesía
dice honduras que a veces
la prosa calla"...

Tanto me gustaba la poesía, que de adolescente, mis cuadernos estaban llenos de las poesías que me gustaban, las copiaba, las aprendía ... y las leía tantas veces, que después jugaba a escribir las mias.
Recuerdo una, que empezaba así :

Ella,
se sintió sola un otoño,
cuando vió que su infancia se alejaba.

Hoy, ella,
comienza a tejer su felicidad,
en esta primavera sin fronteras.

Ella, no es un sueño,
es un ser que camina,
unas veces feliz,
otras orgullosa,
de poseer el sentido mágico de esta vida ...

Muchas de ellas no las he conservado, pero las guardo en mi memoria, igual que guardo las de mis poetas preferidos; hay una de Machado, que siempre me gustó :

Sabe esperar, aguarda que la marea fluya,
así en la costa un barco, sin que el partir te inquiete,
todo el que aguarda sabe que la victoria es suya,
porque la espera es corta, y el arte es un juguete.

Y si la espera es larga, y no llega la mar a tu galera,
aguarda sin partir y siempre espera,
que el arte es largo, y además, no importa.

Gabriel Celaya decía que "la poesía es un arma cargada de futuro", hay formas tan sencillas y rotundas de decir las cosas, la lengua castellana tiene tanta riqueza, que nunca me canso de leer y aprender.

Estas son las cosas que me gustan, cosas sencillas, aspectos de la vida tiernos y auténticos, el amor por los libros que me transmitió mi padre, a quien regalo libros siempre que puedo, y recuerdo, cuando él me los traía de la Cuesta Moyano, como tesoros encontrados, examinados con minuciosidad, valorando sus portadas, su encuadernación, la editorial, ... el amor por los libros, esos pequeños objetos que encierran una vida y mucho más ... tantas horas felices !